la carrera de joshua clottey

¿Cuántas personas pasan por la vida gritando “¡Quiero ser alguien!” sin poder conseguirlo?

Dueño de un instrumental físico envidiable, pegada paralizante y con algunas ráfagas de lucidez, el africano Joshua Clottey parecería tener en el horizonte de su vida boxística oportunidades sin límites, pero inexplicablemente se empeña con cada presentación que hace, en atentar contra su propia carrera. Resulta desesperante y hasta absurdo ver la forma como desperdicia semejante potencial, tan absurdo como si un escritor se cortara el pulso de la mano con que escribe teniendo la posibilidad de ganar el premio Pulitzer.

Uno lo ve en el ring y queda genuinamente impresionado… ¡Qué clase de materia prima!…Músculos de acero, resistencia granítica y piel antibalas… ¿Qué boxeador no deseara reunir todos esos ingredientes para fortalecer sus pretensiones, para proyectarse hacia la cima?

Frente al considerado mejor peleador libra por libra del momento, inaugurando boxísticamente el estadio de los afamados Dallas Cowboys, con mas de 45 mil almas agitando el majestuoso escenario y evidentes ventajas físicas ante el filipino Manny Pacquiao, Clottey tenia su tercera oportunidad de agenciarse la corona de peso welter versión OMB, antes lo había intentado infructuosamente frente al agobiante mexicano Antonio Margarito y luego frente al carismático puertorriqueño Miguel Ángel Cotto, perdiendo con ambos en ajustadas decisiones, pero que dejaron la sensación de que aplicándose un poco mas, muy probablemente esas derrotas nunca debieron ser y a estas alturas de su carrera sus bonos estarían altamente cotizados, con el consecuente engrosamiento de su cuenta bancaria.

Pero no… Allí estaba Clottey una vez más, insistiendo tercamente en mantener sus extensos brazos tan pegados a su cuerpo como le fuese posible, ignorando por completo que para ganar es necesario tirar golpes, que para tener aspiraciones de destronar a un campeón es imprescindible tener determinación… Las condiciones parecían estar dadas para que Clottey le diera una bofetada a las apuestas y convirtiera la noche del 13 de Marzo, en su noche soñada, o al menos “morir” en el intento. No es aceptable que llevara como plan de pelea escudarse en sus brazos y nulo plan de ataque, negándole de tajo la entrada a la grandeza en su vida…Esa, es una oportunidad por la que muchos púgiles matarían por tenerla.

Pacquiao, inquieto como siempre, “danzaba” alrededor del africano, golpeando de manera relampagueante desde todos los ángulos, construyendo una victoria indiscutida, fabricándola round por round debido a la permisión del africano, y cuando este recordaba que sus brazos también eran instrumentos de ataque y decidía lanzar golpes, el filipino mostraba acuse de recibo, pero ni esa “pista” le hizo cambiar su plan de pelea, se mantuvo fiel, “suicidándose” inexplicablemente y echando por tierra cualquier aspiración de ganar la pelea.

De esta forma, una vez mas, Clottey engrandece la duda sobre de que si verdaderamente merece estar en las grades ligas del boxeo, cuando le ha quedado a deber tanto a sus fanáticos y a su esquina, cuando se convierte en el principal conspirador de su misma vida, cuando boicotea su carrera auto eliminándose de la llamada lista élite, cuando confirma ser de aquellos boxeadores que tienen el armamento necesario para controvertir con los de primer nivel, pero no el corazón para ganarles.

Relata el sacerdote jesuita Anthony De Melo en su libro “Charlas sobre la espiritualidad” que muchas personas permanecen dormidas, pero no lo saben, y lamentablemente, desgraciadamente, cuando escuchan sonar el despertador, ya es muy tarde.

El tiempo pasa, las facultades disminuyen y el futuro se oscurece…El despertador tiene rato de estar sonando al lado de Joshua Clottey, pero se ha negado a escucharlo sumido en un profundo sueño que le ha hecho deslizarse hacia la mediocridad y que lo está obligando a darle la espalda a futuras grandes oportunidades, ignorando el sentido primordial por el que muchos, por no decir todos los boxeadores practican este deporte…”Ser alguien en la vida”.