La ultima derrota de Mayweather

Floyd Mayweather es, quizás, la figura más importante del boxeo mundial. Con un récord inmaculado y un largo historial de peleas vendedoras, Mayweather se ha creado un halo de invencibilidad en su carrera que nos obliga a hurgar en la historia para encontrar sus derrotas, al menos en las oficiales. Y la última vez que Floyd Mayweather perdió, el 2 de agosto de 1996, perdió también el único logro que le faltará a su vitrina: el oro olímpico.

Ocurrió en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Floyd Mayweather se había subido al barco olímpico tras vencer en las eliminatorias estadounidenses a Carlos Navarro, un peleador que ya había derrotado a Mayweather para dejarlo fuera del equipo estadounidense de boxeo que competiría en los Juegos Panamericanos. Esta vez, Floyd cobró revancha y arrasó a Navarro 31 a 11, para luego ganarse su boleto frente a Augie Ojeda, otro peleador que lo había derrotado.

A pesar de que en su carrera amateur Floyd Mayweather amasó un impresionante récord de 84 triunfos y 6 derrotas, su historial carece de los grandes logros que un peleador aficionado acumula. No logró ganarse el boleto para asistir a los Juegos Panamericanos, esa justa continental donde otras leyendas como Pernell Whitaker o Sugar Ray Leonard sí brillaron como preámbulo a la aventura olímpica. Tampoco pudo, Floyd Mayweather, sumar una medalla de campeonato mundial amateur a su vitrina.

Por eso la cita de Atlanta 1996 era tan importante para las aspiraciones de Floyd. En los juegos anteriores Óscar de la Hoya se había llevado el oro olímpico en la división de los ligeros, y para cuando Mayweather peleaba por su propio sueño olímpico, De la Hoya ya había derrotado a Julio César Chávez para ganar el campeonato mundial súper ligero, la tercera división en la que el Golden Boy reinaba en el boxeo profesional, y además, como uno de los peleadores más taquilleros del momento. Las trayectorias de ambos, de Mayweather y de De la Hoya, se colisionarían años después, pero por ahora, Floyd Mayweather tenía frente a sí el reto olímpico.

En Atlanta, Floyd Mayweather empezó con el pie derecho. Arrasó a Bakhtiyar Tilegenov de Kazajistán y a Artur Gevorgyan de Armenia en las primeras dos rondas. Después se enfrentó en cuartos de final a Lorenzo Aragón, de Cuba. Los cubanos, siempre bien pulidos técnicamente y con amplia experiencia en el boxeo olímpico, solían ser siempre rivales peligrosos, pero Floyd Mayweather se convirtió en el primer peleador estadounidense en derrotar a un cubano en los últimos 20 años antes de Atlanta 1996, y lo hizo resistiendo una ofensiva final de Aragón para vencerlo apretadamente 12 a 11. Una vez librado el escollo cubano, Mayweather se convirtió en candidato al oro, pero antes de pelear la presea, tenía que superar al búlgaro Serafim Todorov en la pelea semi final.

Lo que sucedió ese día quedaría para la controversia. Transcurrido el primer minuto de combate, se dio el primer intercambio en el que ambos peleadores conectaron con limpieza, pero donde el búlgaro recibió el único punto, a Mayweather no le contaron sus golpes. A eso le siguió otra ofensiva de Mayweather en donde conectó golpes, sin que el búlgaro lo tocara con limpieza, y sin embargo, le dieron otro punto a Todorov. Dos a cero, sin marcar golpes claros para el búlgaro. Le siguió un gancho derecho nítido que entró sobre el rostro de Todorov, pero que tampoco registró puntos para el estadounidense. Eso marcó la tónica de la pelea, donde el primer round quedó en favor de Todorov 2 a 1. Golpes claros de Mayweather que no contaban, y envíos no tan nítidos del búlgaro que iban a la pizarra electrónica.

En el segundo round, vimos a un Mayweather más parecido al de hoy. En el primer round se había manejado con una guardia tradicional de manos arriba, pero en el segundo cambió a su guardia cruzada, el emblemático shoulder roll que se convertirá en su sello. Con la guardia cruzada empezó a punzar con la mano izquierda y a convertir puntos, y a mitad del segundo round, ya había dado la vuelta para ponerse arriba 4 a 2, y de pronto con un golpe mágico que no se vio con claridad, el búlgaro marcó para el 4 a 3. Y a pesar de la brillantez de Mayweather la pelea volvió a la misma tónica de no marcarle puntos. Otro par de derechas largas y nítidas al rostro de Todorov se fueron sin puntos. A pesar de eso, Floyd se las ingenió para ponerse 6 a 4, pero los jueces también se las ingeniaban para no dejarlo irse en el marcador, y le regalaban puntos poco claros al búlgaro. El segundo round terminó con el marcador 7 a 6.

En el inicio del tercer round, por ejemplo, Mayweather conectó un buen golpe, pero el golpe apareció en favor del búlgaro en el marcador, seguido por un golpe al cuerpo y un candado que recibieron punto para el búlgaro, que en ese momento ya aventajaba 8 a 7. El árbitro amonestaba reiteradamente a Todorov por jalar, pero sin deducir puntos, mientras que a Mayweather no le contaron un par de uppers bien conectados. El estadounidense se fue a la ofensiva, pero de cuatro golpes nítidos, solo le marcaron uno. Un gancho de izquierda no tan sólido recibió punto a favor del búlgaro para ponerse arriba 9 a 8 con 45 segundos por pelear. Otra combinación de dos buenos golpes de Floyd se fue sin puntos, y un gancho de Todorov sí registró punto. En los últimos 10 segundos de la pelea, Mayweather se fue con todo, conectando varios golpes, de los cuales sólo uno registró punto para terminar 10 a 9, en favor de Serafim Todorov.

La vergüenza se extendió más allá del combate, cuando al ser declarado vencedor el peleador de la esquina roja, Todorov, el réferi le levantó la mano erróneamente a Floyd Mayaweather. Entre la hilaridad, nadie festejó.

“(El réferi) pensó que yo había ganado”, dijo Floyd Mayweather en ese momento. “La esquina de Todorov le gritaba que le estaba levantando la mano al peleador equivocado”.

Los titulares de los periódicos estadounidenses registraron la polémica. “¿Robado? Mayweather se va a casa con una derrota controversial”, se preguntaba el periódico Rome News Tribune al día siguiente.

La delegación estadounidense protestó ante la AIBA, el órgano rector del boxeo amateur a nivel internacional. Además de los golpes no marcados, la queja incluía que el búlgaro nunca fue penalizado a pesar de las reiteradas advertencias del réferi egipcio por los jalones de Todorov. La deducción de puntos nunca llegó. Se argumentaba también que los oficiales y réferis no actuaban ante el peleador búlgaro, porque era precisamente un búlgaro, Emil Jetchen, quien fungía como jefe de jueces y réferis para la AIBA.

“Me robaron”, acusó Mayweather en la prensa tras la pelea, “pero así es el boxeo y hay que vivir con eso”. El dicho de Floyd en ese momento, representaría un presagio de las cosas que le llegarían en el boxeo profesional, pero a su favor, como el día que ganó de forma controversial a José Luis Castillo.

Pero Floyd Mayweather nunca perdió la serenidad, y aseguraba que Todorov no había sido tan duro, y que el peleador cubano al que había derrotado en cuartos de final, Lorenzo Aragón, había sido más difícil.

“Me pegaba mayormente con la palma del guante”, aseguraba Floyd. “Cuando la pelea terminó, pensé que iba ganando o al menos empatando. Así que no me sorprendió cuando el réferi me levantó la mano (equivocadamente)”.

“Sé que gané”, reiteró Mayweather. “Estoy orgulloso de lo que hice. Representé a mi país. Cuando llegue a mi casa, quiero que todos estén tan felices como si hubiera sido una medalla de oro”.

Pero no era una medalla de oro, sino de bronce.

Dos meses después, Floyd Mayweather debutaba en el boxeo profesional con un nocaut técnico en dos rounds sobre Roberto Apodaca. Desde aquel agosto de 1996, Floyd Mayweather no ha vuelto a perder. Al menos, no oficialmente.


Por Cesar Gonzalez

Estoy de acuerdo creo que hubo varios golpes de Mayweather que no lo marcaron que al final hubiese sido la diferencia para la victoria de Mayweather